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LA TERAPIA FAMILIAR SISTÉMICA EN TRES ARTICULOS


Juan Luis Linares - Profesor Titular de Psiquiatría de la Universitat Autònoma de Barcelona Jefe de la Unidad de Psicoterapia y Director de la Escuela deTerapia Familiar del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau

La publicación de los primeros enunciados de la teoría del Doble Vínculo por BATESON y cols. (1956) fue acogida con expectación e interés por la comunidad científica internacional. Desde un lugar muy señalado, el Palo Alto ubicado en el futuro Silicon Valley, donde una efervescencia de ideas y de proyectos estaba inventando el chip y desarrollando la industria de la información, una teoría de clara estirpe comunicacionalista se erigía en referencia novedosa frente al enigma de la esquizofrenia. Según esta teoría, la psicosis esquizofrénica y sus síntomas disociativos, delirantes y alucinatorios responderían a la imposibilidad de discriminar los tipos lógicos en personas sometidas a una comunicación "doblevincular". Ésta consiste en mensajes contradictorios (paradójicos) a niveles lógicos distintos, enmarcados en una relación de dependencia de la que no está permitido escapar. La imposibilidad de procesar esta comunicación propiciaría su elaboración psicótica.

Pronto quedó claro que no se trataba de una simple propuesta etiológica entre tantas para la más grave de las psicosis, sino que lo que estaba naciendo era un nuevo modelo psicoterapéutico de decidida vocación clínica; un nuevo paradigma, empezarían a decir algunos. En efecto, el marco teórico comenzó a ampliarse con aportes decisivos, entre los que hay que mencionar los procedentes de la Teoría General de Sistemas de VON BERTALANFFY y de la Cibernética de WIENER, evidenciándose una nueva epistemología asentada sobre la dimensión relacional y la circularidad, en contraste con la causalidad lineal y la visión intrapsíquica. Desde la costa Este de Estados Unidos llegó otra aportación que, a la vocación clínica, añadió una perspectiva social coherente con la problemática que le servía de inspiración: la delincuencia, las adicciones y, en general, la desestructuración que sufrían tantas familias en los ghettos de marginación de ciudades como Nueva York o Filadelfia. MINUCHIN construyó su terapia familiar estructural como instrumento de intervención en familias que, en contraste con las de los esquizofrénicos, no llamaban la atención por sus peculiaridades comunicacionales, sino por sus singularidades en la organización y en la estructura: tendencia al caos jerárquico, disolución de las fronteras con el entorno o confusión entre los subsistemas.

Del encuentro entre las escuelas comunicacionalista (también llamada pronto estratégica) y estructural surgieron el modelo sistémico y su emblemática aplicación clínica, la terapia familiar sistémica, que han conocido una implantación y un desarrollo muy importantes en las últimas décadas.

Durante los años setenta y ochenta, la escuela de Milán, en torno a la figura de Mara SELVINI, se convierte en el principal centro productor de nuevas ideas sistémicas, desarrollando sucesivamente, de forma muy creativa, las más importantes propuestas comunicacionalistas (el uso de contraparadojas terapéuticas, capaces de neutralizar la potencialidad patógena del doble vínculo) y estructurales (diseño de complejas prescripciones comportamentales dirigidas a promover cambios radicales en la organización familiar)

El artículo de SELVINI y cols. (1980) "Hipotetización, circularidad y neutralidad: tres directrices para la conducción de la sesión" fue el último trabajo conjunto del primitivo "Milan Team" y, de alguna forma, condujo a su división en dos: SELVINI y PRATA por una parte y BOSCOLO y CECCHIN por otra. Una división que no dejaría de ser fecunda, puesto que cada uno de los dos equipos resultantes habría de realizar aún algunas de sus más brillantes aportaciones. En el artículo citado están presentes algunos de los temas que marcarán la bifurcación, particularmente el tratamiento de la hipótesis como guía para explorar la realidad de la familia, pero también como expresión de la legítima subjetividad del terapeuta.

Durante los años siguientes, SELVINI y sus nuevos colaboradores se decantarán por la búsqueda de una realidad familiar que permita comprender los juegos relacionales subyacentes a graves patologías psicóticas y alimentarias, mentras que BOSCOLO y CECCHIN expandirán los límites de la subjetividad terapéutica, convergiendo con autores como VON FOERSTER, MATURANA, KEENEY y muchos otros, en la formulación de una nueva orientación de la terapia familiar sistémica: el constructivismo.

Un artículo de este último autor (KEENEY y SPRENKLE, 1982) levantó una polémica cuyo reflejo en Family Process (la revista decana de la terapia familiar) a lo largo de 1982 equivaldría a una radiografía del campo sistémico durante la década de los ochenta. De una parte los pragmáticos, interesados en la terapia en tanto que conjunto de técnicas eficaces. De otra parte los estetas, reivindicadores de la terapia como arte y preocupados por no manipular a sus clientes imponiéndoles sus propios puntos de vista. La visión de estos últimos es la del constructivismo, cuya irrupción en la terapia familiar inaugura la era postmoderna en el modelo sistémico.

Como evolución natural del constructivismo, y siempre en la línea de la postmodernidad, durante los años noventa se ha abierto paso el socio-construccionismo, que mantiene la bandera de la subjetividad del terapeuta frente a una objetividad imposible. La realidad es una construcción social y los síntomas tienen sentido en un determinado contexto narrativo, perdiéndolo si desaparece la narración que los sustentaba. Por eso la terapia es una conversación co-creadora de nuevas narrativas, que son, en definitiva, nuevas realidades. Durante sus cuarenta años de vida la terapia familiar sistémica no ha cesado de evolucionar, pero, probablemente, aquello que mejor la define a lo largo de las diferentes etapas es el diálogo constructivo entre pragmática y estética, que pone al servicio de las familias y de sus miembros una sutil combinación de arte y técnica.

Bateson, Gregory; Jackson, Don D.; Haley, Jay; Weakland, John (1956), "Toward a Theory of Schizophrenia", en Behavioral Science, vol. 1, 4, págs. 251-264 (Trad. esp.: "Hacia una teoría de la esquizofrenia", en Pasos para una ecología de la mente. Buenos Aires,Ed. Carlos Lohlé, 1976)

A partir de la teoría de los Tipos Lógicos de RUSSELL, así como del análisis de las comunicaciones de pacientes esquizofrénicos y de sus familias, se describe una situación llamada el "doble vínculo", en la cual una persona, haga lo que haga, "no puede ganar". Se discute cómo y por qué puede surgir el doble vínculo en una familia y cómo se relaciona con el desarrollo de los síntomas esquizofrénicos, acompañándose de ilustraciones tomadas de material clínico y experimental.

Selvini-Palazzoli, Mara; Boscolo, Luigi; Cecchin, Gianfranco; Prata, Giuliana (1980), "Hypothesizing, Circularity, Neutrality: Three Guidelines for the Conduction of the Session", en Family Process, vol. 19, 1, págs. 1-7 (Trad. esp.: "Elaboración de hipótesis, circularidad, neutralidad: tres directrices para la coordinación de la sesión", en Matteo Selvini (comp.) Crónica de una investigación. La evolución de la terapia familiar en la obra de Mara Selvini Palazzoli, Barcelona, Ed. Paidós, 1990)

El artículo presenta los resultados de una investigación centrada en los principios y métodos de mayor interés en la entrevista familiar. Se comunican definiciones conceptuales, descripciones y ejemplos prácticos de la hipotetización, circularidad y neutralidad y de sus aplicaciones. Todo ello al servicio de que el terapeuta estimule a la familia a producir la información necesaria para su actividad.

Keeney, Bradford P. ; Sprenkle, Douglas, H. (1982) "Ecosystemic Epistemology: Critical Implications for the Aesthetics and Pragmatics of Family Therapy", en Family Process, vol. 21, 1, págs. 1-19.

Se propone que la terapia familiar responda tanto a consideraciones estéticas como pragmáticas. La epistemología ecosistémica, un entramado de ideas basadas en la cibernética, la ecología y la teoría de los sistemas, sería el marco en que se integrarían estas diversas perspectivas. Se apuntan algunas sugerencias claves, a menudo ignoradas por el predominio de la visión pragmática: a) la función del lenguaje en la relación entre epistemología y práctica clínica; b) la existencia de ecologías familiares sanas y patológicas; c) la presencia del arte y de la técnica en la terapia; d) el tema de la manipulación.

 

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